“La culpa es siempre del kirchnerismo”

Por Andrea Recúpero Editora de Política.

La jefa de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, apuntó contra los Kirchner antes de pegar el último portazo. La foto de Ricardo Alfonsín con la presidenta Cristina Fernández en Chascomús desató la ira de la diputada, que como la Violencia Rivas de la escena nacional siempre se presenta enardecida ante los ojos de la opinión pública. Si bien el 5% de intención de voto que aglutina la chaqueña puede ser fundamental en un escenario de segunda vuelta, su alejamiento del radicalismo es un alivio para los que venían padeciendo sus reproches. Entre ellos, Julio Cobos, a quien Lilita siempre le factura aquel pecado original de haber pactado con los K. Con los coqueteos hacia Felipe Solá y la puerta entreabierta que le dejó a Ricardito para un “Café de la Paz” busca ubicarse en la escena del posible ballotage como la frutilla del postre. Sabe que de quedarse ahora en el Acuerdo Cívico y Social debe resignarse a una postulación secundaria. Sin embargo, corre el riesgo de diluir una vez más el resto del capital político que conserva.

En el peronismo disidente, Néstor Kirchner también aparece como el culpable de la discusión que esa fuerza mantiene puertas adentro. Mientras Mario Das Neves se expresa a favor de participar de la interna del justicialismo y plantea que sumar a Mauricio Macri es “volcar” hacia la derecha; sus socios, “encabezados” por Eduardo Duhalde, resisten la idea. Sin embargo, el gobernador de Chubut representa por estas horas la vanguardia del PJ federal, una fuerza sin candidato a presidente, porque el origen colombiano de Francisco De Narváez y el mutismo de Carlos Reutemann complican esa boleta. Incluso, Kirchner es el culpable –siempre en las charlas off the record– de que el ex supermercadista piense que lo mejor para su construcción de poder es ir a internas por la gobernación de Buenos Aires.

El alcalde Mauricio Macri también acusa a Néstor Kirchner de haber armado una causa judicial en su contra. Las escuchas telefónicas ilegales son un delito, pero al responsabilizar al ex presidente del procesamiento judicial en su contra, el egresado del Cardenal Newman pone entre paréntesis las explicaciones que está esperando la sociedad sobre el espionaje montado en la Ciudad de Buenos Aires. Con esa maniobra, distrae. La estrategia fallida de exigir su autojuicio político también fue delineada por sus asesores para apuntalar esta imagen de “buen alumno” que se victimiza para salir bien parado en todas.

Las fuerzas opositoras, un año después de haber derrotado al kirchnerismo en las elecciones legislativas, le echan la culpa a Kirchner de todas sus desgracias: no haber podido consolidar una propuesta propia más allá de la actitud confrontativa que asumen ante cada anuncio oficial, y no haber podido consolidarse puertas adentro cuando se habían presentado en la sociedad como “la oposición” desde las páginas de los diarios hegemónicos. Tal vez, el principal error de la oposición haya sido el de creer que los resultados de los comicios del 28 de junio de 2009 presagiaban el fin de la era K, cuando si algo ha demostrado el kirchnerismo desde 2003, es que sabe capitalizar su caudal político. ¿Acaso pasaron por alto que Kirchner llegó a la Casa Rosada con el 22% de los votos?

fuente El Argentino