ANADig: "No nos olvides"... Y no los olvidaremos nunca!

jueves, 16 de septiembre de 2010

"No nos olvides"... Y no los olvidaremos nunca!



En la noche de un viernes 16 de septiembre de 1976, comenzó uno de los crímenes de lesa humanidad que se convertiría en uno de los hechos más repudiables de la última dictadura militar.
Ciertamente todos fueron más que repudiables pero no existe una adjetivación tan precisa que nos permita expresar lo nefasto de lo que la historia llamó “la noche de los lápices”.
Jóvenes militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios -UES- fueron arrancados de sus familias, secuestrados, torturados y, en la mayoría de los casos desaparecidos por el genocidio más brutal que sufrió nuestro país.
A Claudio de Acha, María Ciocchini, Claudia Falcone, Francisco López Muntaner, Horacio Ungaro, Daniel Racero fueron secuestrados y desaparecidos ese 16 de septiembre; sin embargo los secuestros habían comenzado días antes. Tal es el caso de Gustavo Calotti y posterior al 16; Emilce Moler, Patricia Miranda y Pablo Díaz que lograron sobrevivir al infierno.
Pareciera que la historia tiene sus caprichos, salvo que la junta militar le ordenara al por entonces jefe de la bonaerense, Ramón Camps que a esos seis primeros chicos los secuestraran el mismo día del aniversario de lo que fue la revolución “Fusiladora”, que 21 años antes había derrocado al gobierno constitucional peronista con las consecuencias que ya conocemos… El exilio de de nuestro líder, Juan Domingo Perón, la proscripción de nuestro movimiento, persecuciones, fusilamientos y el nacimiento de la “resistencia peronista”.
Seguramente el plan fue perfectamente estructurado y no haya caprichos de la historia; sí causalidades que demuestran, una vez más, que todo poder de facto, a como dé lugar se encargó de destruir o, al menos así lo pensaron Pedro Aramburu y Eduardo Lonardi, 21 años antes y la junta militar, algo más de dos décadas después lo que concebían como "peligroso".
El mandato era claro: destruir el “semillero subversivo” y estos jóvenes militantes recogieron el legado de los otros, los de la resistencia peronista porque en definitiva, el peronismo nació como un movimiento de luchas populares y éstos y aquéllos luchaban por una patria libre, justa y soberana.
Estos pibes eran militantes acabados y tal vez, la pelea por el boleto secundario fue la excusa perfecta para sus secuestros y lo que más tarde sucedió. Basta con reproducir un testimonio periodístico dado en su momento por uno de sus sobrevivientes, Gustavo Calotti, quien ya, por esos años había egresado de la escuela secundaria y es altamente esclarecedor: “Se construyó una historia con el boleto estudiantil y se hizo de ésta un símbolo que vació el contenido. En ningún interrogatorio se mencionó el boleto. Nos detuvieron por militar en organizaciones populares; lo que queríamos era hacer la revolución” (fuente Télam).
“La noche de los lápices” fue escrita por jóvenes comprometidos políticamente con su tiempo y ese “lápiz” sigue escribiendo su historia de la mano de estos chicos pero, desde el amanecer de un país nuevo.
Vaya el homenaje y el recuerdo de “Encuentro Peronista” para cada uno de ellos que se sumaron a la tristemente lista de los 232 adolescentes desaparecidos y a los sobrevivientes.
No los olvidaremos nunca!!!

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