ANADig: Contradicciones desorientadoras , escribe Carlos “caco” Fernandez

lunes, 13 de septiembre de 2010

Contradicciones desorientadoras , escribe Carlos “caco” Fernandez

Leída por el autor en su micro “Puntos de vista” del programa “La Minka”, que se emite los domingos de 9 a 12 hs. por FM Gospel (102,9) y www.gospel1029.com.ar

Por un exceso creativo que ocasionalmente sólo sirve para estropear un apellido, al pasaje o transfuguismo político ahora se le llama burlonamente “borocoteada”. Vaya uno a saber por qué no se le llama “alberteada” al hecho de que Alberto Fernández, quien hace cinco años, cuando era Jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, expuso al sarcasmo público a Lorenzo Borocotó, ahora se haya pasado a la oposición. O que a cierto sector del periodismo que clamaba por la libertad de prensa y que sin embargo hoy resisten a la nueva ley de medios, no se le llame “clarinetismo”, o “clarineteada” a la actitud asumida por Jorge Lanata y otros periodistas izquierdosos que andan chupándole las medias al Grupo Clarin.
Alguien debería ponerle un nombre al proceder de Vilma Ripol, tan briosamente de izquierda ella, que blandiendo El Manifiesto Comunista se sumó entusiastamente a la gesta destituyente de los estancieros. Y al de Elisa Carrió, que hace solo un par de años tenía de asesor a un economista como Lovuolo, de clara orientación progresista, y ahora tiene a uno de rancia extirpe liberal como Alfonso Prat Gay, mientras aterrada de que el grupo Clarín se empequeñezca advierte que la presidenta va a instalar el Terrorismo de Estado.
Lo de Pino Solanas es un caso aparte. Porque ¿Cómo se hace para atravesar el largo camino que va desde La Hora de los Hornos hasta formar parte del Grupo “A”, compuesto por los más recalcitrantes opositores antiperonistas? y además presentar una denuncia penal contra la presidenta por el caso del Banco Central, sin mencionar que Proyecto Sur votara a favor de los campestres junto a Pinedo, Bulrich, De Narvaez y Negré de Alonso cuando se definió el tema de las retenciones.
El socialismo de Giustiniani y de Binner tambien es desorientador: Se proclaman socialistas, dicen promover una más justa distribución de la renta pero están a punto de unirse con el radicalismo de Gerardo Morales y Aguad. Es contradictorio que el socialismo considere posibles aliados a los radicales más conservadores. ¿O creen que porque Ricardo Alfonsín es simpático y pacífico, para las elecciones se irá volviendo progresista? ¿Se olvidaron de lo que le pasó a Chacho Alvarez con De la Rua?
Y hay otros casos tanto o más desorientadores. Felipe Solá es un desorientado que se creyó e hizo creer que era peronista, y aunque anda queriendo demostrar que nunca lo fue, sufre el desencanto de que los antiperonistas tampoco lo asumen como propio, lo cual lo ubica en un no lugar del que solo se sale por abajo y sin probabilidad de volver a la superficie. “Chiche” Duhalde, quizá acomplejada por saberse un chiche sin ningún valor, ahora da charlas combinadas sobre crisis de valores junto a Santiago Kovadloff, un filósofo y columnista del diario La Nación ubicado ideológicamente en las antípodas del peronismo. Su esposo Eduardo no se queda atrás en esto de mostrarse como ex peronista intentando ganarse los favores del anti-kirchnerismo: cena con Héctor Magnetto sin darse cuenta que le toca la silla más baja y el plato le queda demasiado alto, y viene a La rural para rendir pleitesía a los patrones a cambio de un dudoso apoyo electoral, pero todo el mundo sabe que aunque se suba a lo alto de de la tribuna del campo sigue siendo petizo, ya que le falta estatura moral y además ya no tiene campo político.
Lenin decía que “no hay peor contrarrevolucionario que un ex revolucionario”. Y debe ser así nomás. De lo contario habría que pensar en la existencia de un “gen” peronista que cuando se deforma dentro del pensamiento peronista empieza a morder a los de su familia, y que es por eso que los ex peronistas se vuelvan más antiperonistas que los propios gorilas. Salvo, claro, que en realidad no hayan sido tan peronistas como decían serlo, que se ponían la camiseta de peronista no para defender a los humildes sino con el afán de hacerse ricos.

Todo esto lleva a confusiones, desorienta y desalienta. Porque no se entiende cómo es posible que para desplazar a un gobierno, ciertos dirigentes se desplacen de su historia y terminen aliados con quienes han sido sus enemigos históricos.

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