Cruzando el río – Por Gonzalo Pedano*

Los argentinos hemos conquistado nuevos derechos para una sociedad pluricultural. Los diques construidos antaño no pudieron contener la vertiente que empieza a inundarlo todo. Un vasto movimiento político, social y cultural comienza a romper los moldes heredados del “estatuto legal del coloniaje” que consolidó la última dictadura militar en nuestro país. Algunos temerosos aferrados a sus antiguas concepciones ven de pronto rotos sus esquemas y nociones. Allá ellos. Nosotros vemos el mar, nuestro mar, abierto de nuevo a inusitadas experiencias.

Los grandes logros de este movimiento autóctono –nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, Ley de Medios de la democracia, Asignación Universal por Hijo- continúan profundizándose con la nueva Ley de Matrimonio Igualitario. Una fuerte brisa –que ojalá se convierta en ventarrón- agita las aguas del estanque para que éstas no se pudran. Algunos enceguecidos, sin embargo, se empeñan en negar de la manera más necia las nuevas conquistas y los nuevos horizontes. No importa. Para nosotros estas nuevas leyes son la forma jurídica en las cuales se expresa y legitima un poder popular en ascenso que sacude los ídolos estancados del status quo.

Escribimos esta breve narración casi poética, inspirados un poco en las intensas jornadas vividas. Sabrán disculpar el lenguaje tan poco “neutro”, tan poco “informativo”, tan poco “periodístico” que apela a metáforas marítimas y acuosas para pensar la realidad de su país. Sabrán entender que la importancia de este ejercicio –el de pensar las realidad de nuestro país- amerita valerse de diferentes herramientas útiles a la tarea. Sobre todo si este joven bellvillense se inquieta por saber si las instituciones de su querida ciudad, sus escuelas y colegios, sus organizaciones y profesionales, sus gremios y centros vecinales, se atreverán a cruzar el río para estar más cerca de ese proceso transformador.

Como jóvenes es imprescindible nuestro aporte para profundizar e incrementar la vertiente. Las organizaciones del campo popular requieren de la juventud como agente estratégico para la continuación de sus históricas luchas. La serie de conquistas en proceso de consolidación nos brindan más ganas, sin duda, de tirarnos al agua y nadar a favor de esta correntada. Sobre todo porque estas aguas tumultuosas nos hacen pensar que la política puede ser una herramienta de transformación social para una sociedad más plural y no el vehículo de intereses corporativos y sectarios.

*Lic. en Filosofía Juventud Peronista / Delegado Departamento “Unión”