ANADig: EL OCASO DE LA POLÍTICA “ANTI” Oposición mínima

sábado, 13 de noviembre de 2010

EL OCASO DE LA POLÍTICA “ANTI” Oposición mínima


Perdidos. El Grupo A intentó frenar la votación del Presupuesto 2011 en Diputados.
La muerte de Néstor Kirchner desinfló al Grupo A. Caída en las encuestas, internas salvajes, ausencia de proyectos y el apriete de los medios hegemónicos.
Por Luz Laici y Carlos Romero

Si para el oficialismo la muerte de Néstor Kirchner significó una pérdida irremediable, en el caso de la oposición el vacío que dejó el ex presidente amenaza con transformase en un verdadero agujero negro, que acabe por licuar la capacidad de disputar poder de quienes en 2011 aspiran a suceder a Cristina Fernández. Es que Kirchner no sólo era el líder de su fuerza, sino que también, por la inversa, era quien “lideraba” las acciones de la oposición, quien determinaba su estrategia, el blanco móvil con que los anti-K habían construido parte medular de su discurso, identidad y ambiciones.

Pero no sólo eso: el fallecimiento de Kirchner operó como un intenso acelerador de los tiempos electorales en la Argentina, obligando a tomar decisiones rápidas a dirigentes que hasta aquí en materia política habían sido lectores del “diario del lunes”, resignando toda iniciativa al llamado “estilo K”.

Perdida en esta encrucijada y sin mucho tiempo para elegir qué camino tomar, la oposición –con distintos niveles de intensidad– vive hoy la paradoja de sobrellevar al kirchnerismo sin Kirchner aún con más dificultades que el propio oficialismo.

Propios y ajenos coinciden en que el sector de la oposición que más sintió el efecto del “sopapo” político por la ausencia de la figura del ex presidente fue el PJ anti-K, que tras la muerte de Kirchner parece haberse quedado sin norte. Por usar una fórmula acuñada por los mismos operadores del espacio, hoy los jefes disidentes no saben bien con quién disentir.

En el ariete del Peronismo Federal que encabezan los precandidatos presidenciales Eduardo Duhalde, Mario Das Neves, Felipe Solá y Alberto Rodríguez Saá, el deceso del santacruceño les planteó un inesperado acertijo por resolver. Desde que se configuró esa alianza de pesos pesados, Duhalde y los suyos venían tallando una herramienta muy específica, pensada para un uso único: vencer a Kirchner. En definitiva, la lógica del PJ disidente era simple: ser la antinomia peronista al kirchnerismo o, para ser más exactos, a Kirchner. Sin ese oponente en el cual espejarse, Duhalde y compañía observan cómo su armado quedó obsoleto. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario