Cristina: “El viejo país de la impunidad no vencerá”

Por tercer día consecutivo, la presidenta Cristina Fernández expresó su confianza en un rápido esclarecimiento del asesinato del joven Mariano Ferreyra cuyos restos fueron inhumados ayer en el cementerio de Avellaneda.

 “Hay esperanza de justicia. Yo no sólo tengo esperanzas, también tengo la certeza de que el viejo país de la impunidad no vencerá”, subrayó. A través de la red social Twitter. La mandataria reconstruyó la reunión que, a última hora del jueves, mantuvo en la Casa Rosada con la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y otros referentes de organizaciones sociales y de Derechos Humanos para analizar el caso. En ese contexto, Cristina habló de la “confianza” en el trabajo de la fiscal Cristina Caamaño y la jueza Susana López quien ayer quedó formalmente a cargo de la causa por el asesinato del militante del Partido Obrero.

Con la hipótesis de una emboscada como la más firme en el avance de la investigación judicial por el asesinato de Ferreyra, la presidenta reprodujo también el pedido de la fiscal para que los trabajadores tercerizados que participaron de la movilización del miércoles en Avellaneda aporten sus testimonios a la causa. Cristina aludió a los dichos de Caamaño que, según explicó, había leído en los diarios Popular y Tiempo Argentino.

“Acabo de leer declaraciones de la fiscal. Se refiere a la negativa de compañeros del joven asesinado de presentarse a declarar y demorar la entrega de videos y fotos. Contó que unos privilegiaron la asistencia a la marcha y otros las entrevistas con autoridades para que cesanteados fueran reincorporados. NO SE PUEDE CREER”, escribió.

Esa intervención fue duramente condenada por Jorge Altamira, uno de los máximos dirigentes del PO, quien aseguró que varios militantes y testigos del asesinato habían declarado durante nueve horas en la Fiscalía

La presidenta encabezó ayer junto a Néstor Kirchner un acto en la ciudad de Chivilcoy. Allí, advirtió que las empresas tercerizadas son una “rémora” de la flexibilización laboral de la década de 1990 y de la Banelco, aquella etiqueta que definió el caso del pago de sobornos en el Senado para modificar votos en el debate de la reforma laboral, en pleno gobierno de la Alianza de radicales y frepasistas.