ANADig: Digan whiskyyyyyyyy!!!!

martes, 7 de diciembre de 2010

Digan whiskyyyyyyyy!!!!



Una imágen vale mas que mil palabras. Y toda foto en sí es de valor documental. Ya sea histórica o social, revelan algo, un instante en el tiempo perpetuado por siempre sobre un soporte de papel. Y hoy día no será tanto el papel gracias a la digitalización de la imágen pero el elemento testimonial se mantiene intacto. No así su valor documentativo que gracias a la capacidad socialista de la Internet -igualdad de acceso a la información, Wikileaks mediante y dolor de cabeza imperial- esto hoy se hace visible a los ojos de quien dispone de acceso a una computadora.
Pero si vamos específicamente al caso de la foto de la señora Mirta Legrand en la que es fotografiada saludándose con el represor Astiz tiene un gran valor tanto por lo documental como por el recorte que hace de un instante histórico. Las personas cuando se encuentran en una situación de índole social tienden a tomar posturas, gestos, lenguajes corporales, expresiones faciales que dan marco a todas las palabras -con y sin sentido- que se puedan emitir en un ámbito dado.
En la escena contada por ella, había sido invitada por el portero de su edificio ya que la dueña del bar lo conocía y le pidió que la invitara. Ella cortesmente asiste acompañada de su hermana y una amiga para no ir sola y se sientan en una mesa apartada. Ya estando ahí se dan cuenta que estan rodeados de represores entre los que figuran Astiz y Masera (el mismo que falleció con la quijada colgando y dentro de un pañal). Lamentablemente había un fotógrafo camuflado entre tanto experto en camuflaje y no vió que era una trampa para sacarle la foto entre esta gente. Este sería el relato de la susodicha, mantenido en el silencio por tanto tiempo.
Vicio de perro viejo -uno lamentablemente los va acumulando guste o no- me pongo a mirar la foto detenidamente. Y empiezo a jugar con mi mente como si ese momento recortado en papel fuese un escenario teatral. Monto en mi imaginación una suerte de puesta en escena. El escenario es esa confitería donde se encontraba la señora Legrand. Pongo en movimiento a los protagonistas de la escena. Ella se encuentra rodeada de personas, una mujer a su izquierda y dos señores de frente a ella y de espaldas a la cámara. Todos departían en sendos asientos en un tipo de mobiliario de salon de confitería muy en boga de la época con una mesa central baja donde se ponían las tazas, vasos y todo aquello que se sirviera a pedido de los clientes. Un espacio muy grato, ameno que invita al relax y la charla amable. En la conversación con los que comparte la mesa, de pronto se acerca una señora muy bella; una mujer algo mayor que la señora Legrand pero realmente y a todas luces elegante y muy refinada. Sonriente ya por demás de feliz -cumpleañera y anfitrona podría decirse-, se la ve haciendo el ademán de presentar a la señora Legrand con uno de los invitados especiales de la noche, Alfredo Astíz. El diálogo del libreto sería el siguiente (pueden comparar la foto mientras alternadamente van leyendo): anfitriona: "señora Legrand, si me permite interrumpirla quisiera presentarle a alguien muy especial para mi, el Capitán Eduardo Astiz .... represor cholulo: señora Legrand, un gusto y un honor para mí el conocerla y saludarla personalmente Famosa comedida: encantada Capitán... (siempre me gustaron los uniformados...) Ya tenemos el diálogo social; pasemos a lo gestual. La anfitriona está en pleno cumpleaños, feliz y radiante, rodeada del esplendor de las máximas figuras del momento. Es un momento memorable. Sonríe ampliamente y hacia donde mira? (observen su rosto) Hacia la cámara!!! -recuerden que era "un fotógrafo aparecido ahi"-. Cualquiera en sus cabales querría tener un album con fotos que atesorar. Observen sus brazos. Con la cara hacia la cámara y orgullosa en su gesto social ya que es su momento de triunfo, sostiene con ambas manos a Astiz conminándolo suavemente a acercarse a su admirada actriz y conductora . El está por sus rasgos, rostro enrojecido y sonriente, pleno de regocijo, tímido y emocionado ante la presencia de la diva. Su actitud corporal como de "encogido" lo delata. Casi es hasta tierno, verdad? Hasta ellas parecen enternecerse ante su timidez de cholulo. Siempre se dijo por allí "en la calle" -esa voz que la diva sabe valorar- que él era su admirador. Hay algo más; para que la anfitriona se sienta tan orgullosa de presentar a ambos, tiene que tener un conocimiento que exede al contacto del encargado del edificio referido por la diva. El orgullo de la anfitriona deviene porque se siente orgullosa de tener un trato preferencial tanto con una como con la otra celebridad. La diva era clienta selecta del bar en cuestión y conocida de todos los días; sino por qué habría de invitarla?.
Luego está el punto de vista del fotógrafo. Es una típica foto de "socialero"; una especialización dentro del glorioso arte de la fotografía. Suelen hacer su labor siguiendo al anfitrión para tomar las mejores imágenes del agasajado a medida que va recorriendo los lugares y las personas sacándose fotos con cada uno o cada grupo según corresponda. Es lógico pensar que la anfitriona y feliz cumpleañera le hubiese dado orden de seguirla al momento de hacer la presentación de dos semejantes potencias saludándose y ella de por medio posando para la foto como cualquiera haría.
Me atrevería a esta altura de la historia hacer esta síntesis. Fué una invitación formal y preparada con anticipación para nuclear en un mismo lugar a tanta gente "célebre". Había un agasajo tipo "buffet froid" típico de un servicio de confitería que facilitase el movimiento de los invitados. La mesa de la señora Legrand tenía más gente que su hermana y amiga sentados a la mesa. Fué invitada por la dueña con quien tenía excelente trato y deferencia. No dudó un momento en saludarse con el caballero en cuestión ya que era un amigo de una amiga mutua, aparte de ser alguien importante, relativamente joven -sí, también la gente en la calle sabía de este gusto de la diva- y bien posicionado socialmente en ese entonces. Se la ve muy cómoda en esos butacones de época que para quienes los ha usufructuado alguna vez -se me caen las zotas- no era nada fácil volverse a parar una vez sentado en ellos. La aclaración es válida para cuando ella dice que se fué rápidamente luego. Su rostro es de diva sorprendida y fascinada al ver de que gente importante es tan seguidora de su trayectoria profesional artística.
Si dudan aun, fíjense en la foto de recorte que está en medio arriba de Massera posando para una foto y quien se ve a medias, es justamente la anfitriona misma. Happy Birthday!!!




Y una pequeña humorada para terminar. Lie to me




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