ANADig: Compras comunitarias: una herramienta para la organización popular, por Leonardo Farías

viernes, 3 de diciembre de 2010

Compras comunitarias: una herramienta para la organización popular, por Leonardo Farías

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Decía el general Perón que la fibra más sensible es el bolsillo: y claro que tal afirmación tiene aún vigencia. Por eso, el pensar herramientas para la acción directa requiere de la militancia barrial y de su organización.

Desde hace unos meses se puede observar que, con distintos matices, organizaciones sociales y políticas llevan adelante acciones directas para llevar los precios del Mercado Central de Buenos Aires al vecino, sin intermediación. La diferencia de precio en la mayoría de los productos ronda entre el 40 y el 50 % menos de lo que se consigue en mostrador de un comercio minorista. En este marco y acompañando estas acciones la Confederación General Económica (CGE), se propuso esta semana desarrollar un esquema de comercialización alternativo cuyos ejes centrales son un acercamiento directo entre productores y consumidores finales, y modificaciones a los regímenes impositivos.

El Gobierno Nacional lo hace desde su lugar: interviene desde el Estado en la regulación del comercio para poner freno a las ‘avivadas’ de algunos sectores que han dedicado su trayectoria comercial a especular. De hecho, para generar ese clima, en el diario La Nación del martes 30 de noviembre se puede leer una nota titulada: “Anticipan una ola de aumento de precios durante el verano”. Por supuesto que son especulaciones y deseos, más que aseveraciones fundadas en datos de la realidad.

Pensar en alternativas a las cadenas de comercialización hegemónicas de productos es una tarea que la militancia no puede darse el lujo de dejar relegada. No solo porque implica lo hasta ahora mencionado, sino porque es una herramienta fundamental para la organización popular. Experiencias realizadas desde La Cámpora nos muestran que puede ser una instancia de encuentro entre consumidores. El intercambio que se genera pone en común valores como la socialización de productos, de conocimientos e, indefectiblemente, de una mirada sociopolítica de la realidad.

Las compras comunitarias reúnen a grupos de vecinos que, en principio, se acercan por el costo tan bajo de la mercadería que consumen, pero luego se constituyen en parte de un colectivo que se organiza y lleva adelante una acción concreta. Por supuesto que se trata de un proceso lento pues, como todo fenómeno social, va cumpliendo sus distintas etapas.

Si proyectamos esto, nos lleva a un tema que es vital en este siglo XXI: la Soberanía Alimentaria. Entendemos por ella el derecho de los campesinos y/o productores a producir alimentos, y el derecho de los consumidores a poder decidir lo que quieren consumir, cómo y quién lo produce, y cómo y quién los trasporta y comercializa.

En este sentido, durante los años noventa, las políticas neoliberales destruyeron la Soberanía Alimentaria, priorizando el comercio internacional y no la alimentación saludable de los Pueblos. No han contribuido en absoluto en la erradicación del hambre en el mundo.

Hoy, en el marco de este proyecto Nacional y Popular que conduce nuestra presidenta Cristina, encontramos las condiciones para avanzar en alternativas que nos permitan ir generando herramientas para mejorar los sólidos logros alcanzados desde 2003.

El autor pertenece al Grupo de Gestión La Cámpora (Agencia Paco Urondo)

No hay comentarios:

Publicar un comentario