ANADig: Los poderosos quieren un Estado débil JUAN MANUEL ABAL MEDINA

jueves, 17 de junio de 2010

Los poderosos quieren un Estado débil JUAN MANUEL ABAL MEDINA




La Argentina ha avanzado mucho en los últimos años.

La economía ha crecido a cifras récord para nuestra historia y, después de mucho tiempo, ha conseguido traducir este crecimiento en una mejora significativa de los indicadores de empleo, pobreza, indigencia y equidad social. En buena medida, esto se logró gracias al rol asumido por el Estado en la promoción del desarrollo y la inclusión social.

La implementación de la Asignación Universal por Hijo, la recuperación del sistema previsional, la construcción de un número récord de escuelas y viviendas populares, la confección de los nuevos DNI con tecnología nacional o el apoyo a las pequeñas y medianas empresas son sólo algunos de los ejemplos exitosos que no hubieran sido posibles bajo el paradigma de Estado mínimo de los años ’90.

Hoy tenemos un Estado con capacidades e instrumentos para intervenir activamente en la regulación del mercado y en la reducción de las asimetrías sociales.

Día a día estamos modernizando las tecnologías informáticas del Estado, facilitando el vínculo de la ciudadanía con la administración, capacitando a los trabajadores del sector público y desarrollando innovaciones que optimizan la calidad de la gestión.

En cambio, las noticias que llegan desde algunos países centrales nos recuerdan años oscuros de la Argentina. El fantasma del neoliberalismo recorre Europa. Políticas de ajustes recomendadas por organismos internacionales, reducciones en jubilaciones y en salarios del personal público, despidos en la planta de trabajadores estatales, son recetas que los argentinos hemos sufrido y no queremos repetir nuevamente. Por ejemplo, el gobierno griego ha reducido los salarios públicos un 8%, y los mantendrá congelados por los próximos tres años. España, en tanto, los reducirá un 5% y los congelará hasta el año 2011, junto al valor de jubilaciones y pensiones. El gobierno alemán planteó el despido de 15 mil trabajadores como parte de un paquete de ajuste de 80 mil millones de euros, de los cuales unos 30 mil millones corresponden a políticas sociales. El gobierno tory-liberal de Gran Bretaña anunció que disminuirá el gasto público en 7260 millones de euros y que eliminará alrededor de 500 mil puestos de trabajo en el sector estatal. Como es lógico, la reacción de los trabajadores públicos en esos países ha sido la protesta, llegando a la huelga en casos extremos, para intentar detener esas medidas.

En la Argentina, las políticas de equilibrio fiscal y desendeudamiento, adoptadas desde el año 2003, han permitido afrontar la crisis internacional con recursos suficientes para generar políticas contracíclicas, que fortalecieron la actividad económica y sostuvieron el empleo.

Los indicadores económicos y sociales de nuestro país evidencian que la intervención del Estado para preservar las fuentes de trabajo, durante el pico de la crisis, resultó fundamental.

Distintos organismos internacionales, como la ONU y la OIT, destacan la magnitud del programa contracíclico del Estado argentino.

Estas políticas hacia la sociedad también se reflejaron al interior de la propia administración pública. En el caso de los empleados públicos, que son quienes todos los días convierten en realidades concretas las políticas que el país necesita, se han acordado sucesivos aumentos salariales, que contribuyeron a la dignificación y profesionalización de los planteles de personal. El promedio salarial del sector público es hoy muy favorable en relación al empleo privado, especialmente en áreas que son fundamentales para la calidad del Estado y el éxito de las políticas públicas.

Al mismo tiempo, en las últimas semanas, la presidenta de la Nación anunció la reapertura de concursos para cubrir cargos vacantes. Este método, que garantiza transparencia, idoneidad y mérito en la selección del personal, nos permite seguir desanudando la madeja de contrataciones precarias que proliferaron en los años ’90. Todas estas iniciativas se enmarcan dentro de los recientes convenios colectivos de trabajo acordados con los gremios públicos, que colocan a nuestro país en la vanguardia regional en materia de negociación colectiva, igualdad de oportunidades, y trato y diálogo social en el sector público.
Los trabajadores saben y valoran el esfuerzo que toda la sociedad ha hecho en los últimos años para recomponer su situación. Por eso invito a todos los sectores a seguir dialogando y construyendo una gestión pública de calidad, para no hacerle el juego a aquellos sectores que quieren un Estado débil y ausente. Con el compromiso de los trabajadores, el aporte de los especialistas en políticas públicas y la participación activa de la ciudadanía, estamos fortaleciendo el Estado ágil, inteligente y eficaz que nuestro país necesita para profundizar el rumbo del desarrollo con inclusión social que iniciamos en el año 2003.

JUAN MANUEL ABAL MEDINA www.sgp.gob.ar Vicejefe de Gabinete de la Nación

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