Reflexiones sobre unas noches de Febrero del 2011, escribe Eduardo Accastello

Felizmente, la intensidad de Gobernar con el Pueblo suele no otorgar pausas. Pero cuando ocurren, permiten “sentir” de modo especial algunos acontecimientos. Tal es el caso del recientemente finalizado Festival Nacional de Peñas.

Esta Edición 2011 fue la número 44, pero no fue una más. Es bisagra. Otra más en la Historia de Villa María.

Se consolidó nuestro concepto de trabajar para el Pueblo, tantas veces aplicado en otras áreas, en el ámbito cultural.

Fue una verdadera fiesta de todos. Inclusiva. Alegre. Emocionante. Rostros sonrientes de abuelos y abuelas; padres y madres, jóvenes hombres y jóvenes mujeres, niños y niñas.

De aquí y de todo el País que vinieron a disfrutar de grandes artistas de la música que supieron devolver tanta entrega. A tal punto que lo impensado se generó, no una sino en varias ocasiones: El público que es pueblo fue el protagonista del exitoso Festival y los renombrados artistas asumieron con grandeza el papel secundario, como cuando aquel admirado salteño se convirtió en simple locutor al leer el cartel que con letras juveniles clamaba la Vida del mejor Presidente de los últimos 60 años.

Otra vez, Villa María y su gente, protagonista. Lo observé con mis propios ojos. Hasta lo vieron miles y miles de televidentes de la Argentina y del Mundo. Que también vieron un confortable Anfiteatro que contenía tanta buena energía. Y un elogiado techo que contenía, que cuidaba, tanto calor humano. 

Siento la necesidad de agradecer nuevamente a todos los trabajadores que han hecho posible la presentación de un Anfiteatro sencillamente espectacular. Sí, siempre creo en nuestra gente. Jamás me defraudaron.

Las instituciones siempre reflejan el estado de una sociedad y viceversa. No existen sociedades maravillosas e instituciones decadentes, ni tampoco hay instituciones maravillosas y sociedades decadentes. Cuando hay alta institucionalidad es porque hay también mucha sociedad que acompaña, resueltamente, un movimiento que sabido es, sinérgico e impulsador.

“El Estado brota de abajo, de la muchedumbre, y es casi una redención, una creación del pueblo solidario”. ¿Quién decía esto? Nada menos que Raúl Scalabrini Ortiz.

Y en esa sinergia entre Pueblo y Gobernante, los villamarienses, como la gran mayoría de los argentinos han comprendido el rol insustituible e irreemplazable que tiene el Estado para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Les aseguro que cuando se construye, cuando se realiza infraestructura y progreso en la Ciudad, se le encuentra sentido a la actividad política. Este, y no otro, es nuestro verdadero propósito: Transformar la realidad que nos circunda en palpable beneficio para la gente, para el vecino, para nuestras generaciones futuras.

Durante los días del Festival, mis vecinos, mis mandantes han exhibido -por enésima vez- la voluntad de defender un modelo de desarrollo productivo que a nivel nacional se concreta desde 2003. Un Modelo de País que considera como inversión lo que muchos economistas y otros tantos políticos interpretan como mero gasto público.

Un modelo de pensamiento y acción que está perfilando una Argentina con amplios espacios para la alegría, para la cultura popular convertida en masividad de primer nivel. Esto también fue la 44° Edición del Festival Nacional de Peñas. Esto también conforma la inclusión social y movilidad social ascendente que -todos juntos-  vamos profundizando año tras año. Villa María es celosa defensora de ello. Lo continuará siendo, sin dudas.

La bisagra histórica ha ocurrido. Ya lo dije ante los concejales en noviembre del año pasado: En la historia de Córdoba, los primeros años del siglo XXI serán recordados como la Década de Villa María y su despegue.

Y fue posible por su Pueblo que condujo brillantemente a una Municipalidad y a un Intendente que los escuchó, que los acompañó. Que los ama. Y lo digo desde el corazón. Saben perfectamente que nunca especulo cuando digo algo, cuando expreso lo que pienso, lo que siento, o cuando tomo una decisión.

Con Memoria, con la necesidad de perseverar en las políticas que han dado resultado, porque esta también es otra de las cuestiones que tenemos que aprender, todos, desde los que tenemos mayores responsabilidades hasta el último ciudadano o ciudadana. Es hablar de los hechos. Es dejar de lado las descalificaciones, los agravios sin fundamentos.

Y yo siento con inmensa paz y alegría, que por los hechos generados desde el Gobierno, puedo pararme frente a ustedes, mirarlos a todos y a todas a los ojos, y recordarles –no contarles porque ya lo saben- las cosas que hemos hecho.

¿Que faltan cosas?, claro que faltan cosas, pero ¡cuántas promesas convertidas en realidad hemos concretado junto a Ustedes, los vecinos! Con el compromiso que siempre, absolutamente siempre, vamos a trabajar en beneficio de todos los vecinos. En nombre de todas las cosas en las que siempre creí, en nombre del compromiso que siempre

tuve desde muy joven, quiero decirles que no voy a dar un solo paso atrás en todas las conquistas que hemos 

conseguido.

Hemos vuelto a la alegría de jerarquizados festivales. Hemos recuperado nuestros sueños y nuestras utopías; sueños y utopías sin los cuales una sociedad no puede avanzar y crecer. Y los vamos a hacer porque además de ideas, de sueños y de utopías desde la Municipalidad podemos mostrarles diez años de gestión sin precedentes en historia de la Ciudad. Junto al Pueblo y pensando constantemente en beneficiarlo, sin pausas. 

José Artigas dijo alguna vez que “al penetrante grito de la Patria, todos debemos ser uno”.

Precisamente esto fue lo que 48.000 personas vivieron al compás de la programación del Festival de Peñas. También en cada uno de las carpas, stands y puestos montados a lo largo de la costanera.

Con una organización excelente, sin fallas. Acallando a los agoreros. Sin caos. Y con masiva alegría.

De parte del Pueblo. Sin dudas, lo mejor (y distintivo) del Festival Nacional de Peñas 2011. ¿Qué será duro el desafío de superar todo ello en la edición 2012? No, para nada.

Con Ustedes, junto a cada uno de Ustedes, seguiremos mejorando lo mejor.

La alegría continúa.

Eduardo Accastello, desde Facebook