ANADig: Efemèrides: Triunfo del "Tìo" Campora, la consigna de la campaña electoral fue Cámpora al gobierno, Perón al poder.

lunes, 11 de marzo de 2013

Efemèrides: Triunfo del "Tìo" Campora, la consigna de la campaña electoral fue Cámpora al gobierno, Perón al poder.




Desde el derrocamiento del segundo gobierno del general Juan Domingo Perón hasta la convocatoria a elecciones en 1972 el peronismo -identidad política mayoritaria de la población- estuvo proscripto y su líder exiliado. Durante ese período surgieron distintas agrupaciones peronistas que evidenciaban la vigencia de esa identidad a pesar de los embates represivos. Con el tiempo el fin de la proscripción, el regreso del general Juan Domingo Perón a la Argentina y el acceso del peronismo al poder, se fueron perfilando como los objetivos políticos inmediatos de estas agrupaciones. 

Si la dictadura del general Juan Carlos Onganía, instaurada en 1966, constituyó el telón de fondo de una ola de movilización política y social sin precedentes, el surgimiento de Montoneros marcó un nuevo punto de inflexión. Esta organización político-militar, que se reivindicaba peronista, hizo su primera aparición pública en mayo de 1970 con el secuestro y ejecución del general Pedro Eugenio Aramburu -enemigo histórico del peronismo y principal responsable de los fusilamientos de 1956. Este acontecimiento -recibido con inmensa simpatía por amplios sectores de la población- forzaría la renuncia de Onganía y desataría una crisis en el seno del poder militar. Pero más importante aún fue la acelerada y creciente gravitación que a partir de entonces tendría Montoneros en el escenario político. Muy pronto sería esta organización la que capitalizaría en gran medida una movilización social que venía gestándose desde años atrás. En efecto, incentivada por los permanentes guiños de apoyo y complicidad que el general Juan Domingo Perón les dedicaba desde su exilio en Madrid, y tras volcarse a la organización de la Juventud Peronista (JP) en barrios, universidades, villas y, en menor medida, sindicatos, Montoneros se erigió en el principal referente de las nuevas camadas de jóvenes peronistas sensibles a la injusticia social, para quienes los discursos y prácticas de las estructuras tradicionales del peronismo -encarnadas en la "burocracia sindical"- resultaban demasiado cercanas a las ideologías de derecha y manifiestamente proclives a negociar con el poder. Pero Montoneros también se convertía en polo de atracción de aquellos jóvenes de izquierda que, proviniendo de familias no peronistas y aun "gorilas", consideraban que todo movimiento u organización que se propusiera un cambio revolucionario debía incluir -necesariamente- al peronismo.

Cámpora, fragmentos de discursos









La intensidad de la protesta política y social, cuya expresión más acabada podía encontrarse en la recurrencia de los estallidos populares que siguieron al Cordobazo y en el festejo con que amplios sectores sociales acompañaban las acciones de las incipientes organizaciones guerrilleras, fue creciendo hasta imponer un clima de notoria ingobernabilidad. Así, ante una presión popular prácticamente insostenible -y que iba identificándose cada vez más con el peronismo y con Perón- la dictadura se vio obligada a organizar una salida democrática. A pesar de la voluntad de los grupos más conservadores y del propio poder militar, resultaba evidente que aquella salida debía incluir como condición sine qua non el fin de la proscripción del peronismo y el regreso del general Juan Domingo Perón al país. Así lo habían demostrado los fallidos intentos de negociar con distintos actores políticos una propuesta institucional que excluyera al general Juan Domingo Perón. 


Evidencia también del poder de movilización que iba adquiriendo la Juventud Peronista fue la exitosa campaña política que ésta llevó adelante por el regreso del general Perón: el "Luche y vuelve", que culminó con la primera visita del histórico líder a la Argentina en noviembre de 1972, después de 17 años de exilio.

La alegría y la movilización popular que acompañaron a esta breve visita preanunciaban el clima de fiesta que se avecinaba.


Salvador Allende habla luego de la asunción de Héctor Cámpora. Al final de sus palabras los jóvenes entonan "Chile, Cuba el pueblo te saluda"












En este contexto, el general Alejandro Lanusse -último dictador del período- se vio obligado a convocar a elecciones. Quedaba, sin embargo, una última posibilidad para impedir la llegada del general Juan Domingo Perón al sillón presidencial. La "cláusula de residencia", negociada precipitadamente en la reglamentación del acto electoral, se orientaba en esa dirección al prohibir la candidatura de quienes no hubieran estado residiendo en la Argentina con anterioridad a agosto de 1972. La posición del peronismo fue desafiante y, si revelaba el carácter ficticio que los protagonistas le adjudicaban a la representación política, ponía también en evidencia quién ocupaba y ocuparía la centralidad del escenario político: la consigna de la campaña electoral fue Cámpora al gobierno, Perón al poder. 


Cronologìa:

En 1971 Perón lo designa como su delegado personal, en reemplazo de Jorge Daniel Paladino. En tal carácter, llevó a cabo con éxito el plan para el retorno al poder en 1973, tras el fracaso de la Revolución Argentina y con la apertura que proponía el entonces presidente General Alejandro Agustín Lanusse. Éste buscaba una concertación cívico militar que integrara al pueblo y a las masas peronistas con las Fuerzas Armadas, en un gobierno conducido por militares, idea que llevaba el nombre de Gran Acuerdo Nacional (GAN), el cual no prosperó.

Cámpora logró todos los objetivos que allanaron las condiciones para el retorno triunfal del peronismo, y de Perón a la legalidad y a la escena política. Reorganizó el movimiento, creando la rama juvenil (que representaba el creciente peso de la izquierda peronista, en particular la organización político-militar Montoneros) y logrando la afiliación masiva en todos los sectores. El peronismo integró junto con otros partidos un espacio de diálogo que denominaron "La Hora del Pueblo", uno de cuyos objetivos era la de unificar las acciones políticas frente al gobierno militar, en tanto que al mismo tiempo cerraba acuerdos con otros partidos políticos más pequeños, para integrar un frente electoral que inicialmente se llamó "Frecilina" (Frente Cívico de Liberación Nacional) para luego tomar la denominación de Frente Justicialista de Liberación Nacional (FreJuLi). Aceitó acuerdos con el sector empresario, a través de la Confederación General Económica, dirigida por José Ber Gelbard. Además, logró el primer retorno de Perón en 17 años con total éxito, protegiendo la seguridad física de El General e inclusive se encargó de agenciarle una residencia en el país. En ese lugar Perón se entrevistó con Ricardo Balbín y le ofreció presentar una fórmula común que el mismo rechazó.
Tras el alejamiento de Paladino, a quien originalmente se le ofreció el cargo de Presidente, Perón desde el exilio en España tomó la decisión de que Cámpora fuera el candidato para Presidente de la Argentina por el peronismo, dado que por la proscripción él no podía presentarse. El armado apuntaba a que el próximo Presidente eliminara la proscripción, para que Perón pudiera retornar al país y luego de la renuncia, se llamaran a elecciones. De ahí, se barajaron tres posibilidades: Cámpora, Benítez y Taiana. Su decisión se basó en que Cámpora era el más acorde a sus pretensiones. Cuenta Jorge Antonio (amigo de Perón que compartía el exilio) que Perón prefería a Taiana, pero el consuegro era Julio Rodolfo Alsogaray comandante en jefe del ejército, quien lo dominaría.

Héctor Cámpora se presentó en las elecciones de marzo de 1973 como candidato a presidente de Argentina por el FreJuLi. Llevó como vicepresidente a Vicente Solano Lima, del Partido Conservador Popular, desgajamiento del antiguo conservadurismo de la Provincia de Buenos Aires.

Ganó las elecciones con más del 49.5% de los votos. El líder radical, Ricardo Balbín, había salido segundo con un 21,3%, y, como el FreJuLi no había obtenido más del 50% de los votos tenía que realizarse un ballotage entre la primera y segunda fuerza. Sin embargo, Balbín reconoció la victoria de Cámpora y renunció al ballotage.

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