Quién es y quiénes apuestan por Ernesto Sanz

El candidato del establishment

Ernesto Sanz en el coloquio de Idea.

Con Cobos en retirada, Duhalde estancado y Macri en duda, la derecha y el capital concentrado sueñan con que el senador mendocino derrote a CFK en las urnas. Pasado polémico y una interna radical caliente.

Por Luz Laici

Cuando en marzo de 2000 Charly García visitó Mendoza, pocos imaginaron que su estadía en el Hotel Aconcagua, ubicado en el centro de la capital provincial, culminaría con una travesura tan desmesurada como cargada de buena suerte. Para quienes anden escasos de memoria, en una tarde calurosa del nuevo siglo García abrió la ventana de su habitación en el séptimo piso y se tiró a la pileta del hotel, donde el agua funcionó como colchón para amortiguar un golpe que podría haber sido mortal. Hoy, a once años de aquel episodio, los vientos mendocinos volvieron a empujar un salto al vacío. Con algunas diferencias:

- El chapuzón no tiene como destino el agua sino la Presidencia de la Nación.

- El protagonista no es un músico sino un hijo de las tierras del vino: el senador Ernesto Sanz.

- Además del agua, ahora existen sectores de poder –económicos, financieros, mediáticos– dispuestos a bancar al clavadista.

- El final de la historia todavía es incierto: puede resultar un éxito (con suerte) o, lisa y llanamente, un rotundo fracaso. 

Pero, hasta el momento, poco parece importar la resolución a futuro. Presionado por las urgencias de corto plazo –una carrera electoral que ya se coló en la agenda estival–, el establishment argentino deshojó margaritas y terminó por ungir a Sanz como el competidor a esponsorear en la carrera electoral del 2011. La tarea fue más sencilla de lo imaginado: con Eduardo Duhalde deslegitimado para asegurar una victoria en las urnas, Mauricio Macri huérfano de una estructura nacional para proyectar su candidatura, Julio Cobos caído en desgracia y Ricardo Alfonsín más identificado con dirigentes de centroizquierda –los mismos que pretenden convocarlo para conformar un frente nacional–, el senador sanrafaelino se convirtió en la mejor opción para tratar de torcerle la suerte al Gobierno.

En definitiva, el propio Sanz allanó ese camino. Su intención original era ser candidato a gobernador por Mendoza pero ante el temor de enfrentarse al vice-opositor en el pago chico, presionó en la interna partidaria para sacar a Cleto de la carrera provincial. Ese coqueteo con la presidencia, junto con un discurso político más ligado al neoliberalismo de los noventa, fue lo que atrajo definitivamente hacia su figura a quienes no identificaban en la oposición a un dirigente que pudiera representar sus intereses y enfrentar al oficialismo en las urnas. Sin embargo, hubo quien entendió esa elección como un manotazo de ahogado, sobre todo, teniendo en cuenta el escaso nivel de conocimiento en el electorado que exhibe el presidente de la Unión Cívica Radical.